BOLETIN 237/ MORELIA, MICH./ JUE-14-OCT/ “Notas estadísticas sobre la esclavitud en Michoacán: invitación para una nueva interpretación” es el título de la ponencia que María Guadalupe Chávez Carbajal, del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo ofreció en el marco del Encuentro Internacional sobre esclavitud, que es organizado por la Secretaría de Cultura de Michoacán con motivo del Bicentenario del bando de abolición de la esclavitud promulgado por Miguel Hidalgo y Costilla en Valladolid de Michoacán en el 19 de octubre de 1810.
Tras expresar su interés por el estudio de las variantes demográficas de la presencia africana en el Michoacán colonial, María Guadalupe Chávez Carbajal indicó que en algún momento intentó reconstruir un panorama a partir de las cifras registradas, de ahí que ésta presentación se considere como una invitación a una nueva interpretación de la esclavitud en Michoacán ante la imposibilidad de hablar a detalle sobre las variaciones poblacionales de negros esclavos y libres en el estado, ante la inmensidad del territorio del obispado y la carencia en la uniformidad de la información, dado que cada región de la entidad presenta características particulares, tal como lo constata el libro del historiador Alberto Carrillo Cázares, “Michoacán en el otoño del siglo XVII” editado en 1993 por el Colegio de Michoacán y el gobierno del estado.
A manera de antecedente la también profesora, sostuvo que si bien se han realizado tres congresos, al interior del estado, el primero en 1995, el segundo en el año de 2000 organizados ambos por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, y el actual, el número de estudios no ha crecido, de ahí que invite a las nuevas generaciones a continuar con el estudio de la historia de Michoacán.
También consideró necesario observar desde lo regional el fenómeno de la emisión del bando de abolición de la esclavitud así como la situación previa a su emisión, así como efectuar un estudio sobre la esclavitud en el área de donde partió tal decreto que indique cómo era vista y vivida por los actores de dicho momento, y no únicamente por los héroes e ideólogos de la independencia.
Ante fecha y momentos tan simbólicos Chávez Carbajal se refirió a los aportes de la historiografía michoacana, subrayando que hay que ser consecuentes y retomar lo estudiado hasta ahora para valorar lo que aún falta por rescatar, y volver a reflexionar sobre el mismo problema pero de manera diferente a partir de la documentación original y con nuevas herramientas teóricas.
Agregó que a lo largo de los últimos 60 años los estudios específicos sobre el tema de la esclavitud negra han sido pocos y, hasta donde se tiene información, en 1941 Antonio Arriaga Ochoa publicó un artículo titulado “Notas sobre esclavitud en Michoacán” en el que transcribe la carta de una compraventa de esclavo del siglo XVI realizada en la ciudad de Valladolid.
Indicó que luego de ese primer estudio, pasaron cerca de 40 años para que se retomara el interés por la temática, no obstante que las obras sobre el periodo colonial mencionaban la existencia del fenómeno.
Manifestó además que pese a los aportes de un pequeño grupo de historiadores, entre ellos Álvaro Ochoa, Felipe Castro, Gerardo Piñón, Jorge Amos, Carolina Hernández y Moisés Guzmán, la historiografía michoacana no daba cuenta de la cultura material que los africanos aportaron a la entidad; la mayoría de las veces se omitía por parecer imprecisa o “diluida” o también por una inexplicable y reduccionista idea de inferioridad cultural que se creía jugaron los esclavos negros africanos, individuos sujetos por la fuerza a adoptar lo que las clases prominentes les enseñaban en tierras americanas.
Precisó que esclavos eran hombres y mujeres sin personalidad jurídica que se hicieron cargo de los trabajos agrícolas y ganaderos y su actuación se registró en espacios urbanos como Valladolid y Pátzcuaro, ciudades ejemplo de la convivencia multicultural construida por los diferentes grupos humanos de la colonia, y en donde no se dio la rudeza implícita de los ingenios azucareros al enfocarse a los oficios domésticos y manuales.
En este punto de su exposición, Chávez Carbajal expresó que, contrario a lo que podría creerse y con base en aportaciones efectuadas por Patricia Pérez Munguía, Jorge Amos Martínez, Carolina Velázquez y Moisés Guzmán, los esclavos tuvieron una participación en la producción artesanal, demostrando capacidad creativa, de resistencia y de integración por parte de los negros africanos llegados a territorio del obispado de Michoacán.
La Doctora en Historia y Estudios Regionales por la Universidad Veracruzana también señaló la existencia de acuerdos no escritos entre dueños y esclavos para brindarles cierto margen de “libertad o movilidad espacial” que, por supuesto, la ley colonial no permitía, pero una interpretación alterna de la información documental habla de la existencia de dinámicas de tal índole.
A estas, agregó la profesora investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, se suman la existencia de negros y mulatos propietarios y prestamistas, y ex esclavos con dichas funciones, lo que justifica la existencia, desde el siglo XVI, de cofradías de negros en Pátzcuaro, Valladolid y algunos lugares de la Tierra Caliente.
Sobre el particular, Chávez Carbajal cuestionó qué importancia tendría la clasificación étnica para los actores de dicho momento, a lo que se respondió en su ponencia que sería una importancia menor a la brindada por los investigadores, quienes han “sido excesivos con los números y nos aterra no encontrar el documento que nos indique con lujo de detalles cuántos y en dónde se ubicaban”.
Expresó además que varios de quienes han estudiado el fenómeno de la esclavitud albergaban una visión jurídica, demográfica o economicista de ella, por lo que han sido insensibles a otro tipo de procesos, entre ellos los relativos a la formación de la familia, los lazos afectivos, las alianzas comerciales y políticas.
Declaró también que en la actualidad la perspectiva economicista demográfica y jurídica dejó de ser el principal objeto de interés, ya que al estudio de tráfico de esclavos se ha incorporado el interés por el continente africano y la integración y la resistencia del negro eslavo en América.
En otra parte de su exposición, Guadalupe Chávez, quien en la actualidad, coordina el proyecto “Alternativas para una museografía virtual de la Revolución en Michoacán” afirmó que no las relaciones esclavistas no pueden reducirse a las arbitrariedades perennes, ya que la confrontación de información documental delinea dinámicas de otra índole, por ejemplo los lazos afectivos establecidos entre el amo, su familia y el esclavo ponen en duda la concepción tradicional de las relaciones de poder,,lo que no sucedió , con la misma frecuencia y notoriedad, en el Caribe y en Norteamérica.
Al hablar sobre la riqueza cultural de los pueblos africanos, principalmente del África Occidental de donde salieron la mayoría de los esclavos que entraron a México, la investigadora aseveró que dicha área estaba integrada a su vez por diversas regiones y reinos con una amplia variedad cultural, misma que se vio transformada por las circunstancias contextuales que encontraron a su llegada a la Nueva España, lo que a su vez le a da a las nuevas expresiones culturales negras un carácter original y único.