BOLETÍN/MICHOACÁN A 03 DE MARZO DEL 2014.- En Michoacán la zonas rurales van a la baja, mientras la mancha urbana se incrementa de manera indiscriminada, a tal grado que tan sólo en cinco años la superficie de las áreas urbanas en el estado pasó de 513.47 a mil 6.78 kilómetros cuadrados, lo que implica que los michoacanos hemos cambiado las praderas y los bosques por el concreto y los adoquines, apuntó el diputado Erik Juárez Blanquet, presidente de la Comisión de Desarrollo Rural de la LXXII Legislatura local.
El diputado perredista por el distrito de Puruándiro, apuntó que ante la falta de opciones en el campo, los michoacanos han optado por emigrar a las ciudades, mismas que registran un crecimiento exponencial e indiscriminado, tanto en el número de habitantes como en la superficie que ocupan.
“Las ciudades por naturaleza son depredadoras del medio ambiente, no regeneran aquello que consumen, someten a los recursos naturales a un deterioro acelerado, tal es el caso de la sobreexplotación, consumo y contaminación de aguas”.
Conforme a los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Juárez Blanquet recordó que la vulnerabilidad del estado a los procesos de desertificación es alta y afecta a más del 70 por ciento de su superficie.
El legislador señaló que la corrupción, los intereses particulares, una inadecuada política urbana, y la deficiencia en los planes de desarrollo urbano, son algunos de los factores que inciden en el desorden del crecimiento de las ciudades, tanto que en los últimos 20 años, mientras la población aumentó 1.5 veces, la mancha urbana lo hizo seis veces.
Recordó que el gobierno federal reporta que en México existen cinco millones de viviendas deshabitadas en el país por factores como la falta de servicios o escuelas, y la inseguridad.
Juárez Blanquet aseveró que el desorden del crecimiento de la mancha urbana, así como la reducción de la población rural en el estado, son un problema de gravedad que amenaza el desarrollo sustentable del país.
