ROBERTO FLORES/ INFOMANIA/ URUAPAN, MICH./ LUN-13-OCT-2014/ Una lectura obligada en lo que respecta al análisis institucional, es la obra “Instituciones, cambio institucional y desempeño económico” (1990), texto escrito por Douglas C. North, galardonado con el Premio Nobel de Economía en 1993.
Una de las tesis expuestas en el texto antes mencionado, es que el desarrollo económico de los Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en comparación con América Latina, México incluido, se debió al marco institucional que desarrollo el <>.
Otro texto que comprueba la misma tesis, lleva por nombre “Por qué fracasan los países” (2012), escrito por los profesores de Harvard: Daron Acemoglu y James A. Robinson. En la contraportada de ésta obra, se cuestiona lo siguiente: “Nogales (Arizona) y Nogales (Sonora) tienen la misma población, cultura y situación geográfica ¿Por qué una es rica y la otra pobre?”…el texto continúa y afirma lo siguiente…“los países no conseguirán que sus economías crezcan hasta que no dispongan de instituciones gubernamentales que desarrollen políticas acertadas”.
Las malas políticas según Acemoglu y Robinson desarrollan <> que entre otras características, en ellas prevalecen, la corrupción, el autoritarismo, incumplimiento de los objetivos para las que fueron diseñadas, me atrevo a agregar intromisión de poderes fácticos. Lo anterior, sin duda nos ha llevado a una crisis económica, política, social e institucional.
Los sucesos noticiosos que se han reportado en últimas semanas lo comprueban, Tlatlaya en el Estado de México, suceso reportado originalmente como enfrentamiento y abatimiento de 22 delincuentes por parte del Ejército Mexicano, según lo declarado el 1 de julio por el gobernador mexiquense, el priista, Eruviel Ávila, la situación anterior, fue desmentida por una testigo, la cual argumenta que en dicho enfrentamiento murieron abatidos 14 personas y 8 delincuentes, los cuales ya se habían rendido, fueron ejecutados por tres soldados con el consentimiento de un mando superior.
Otro suceso ocurrido en nuestro país de trascendencia internacional, son la muerte de 3 y la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, ocurrida en Iguala, Estado de Guerrero (situación que abordé la semana anterior), el autor intelectual, el alcalde de Iguala, José Luis Abarca quien junto con su familia, se vincularon con miembros del crimen organizado. El mencionado alcalde, además, es señalado de ejecutar por propias manos a opositores a su gobierno, caso particular, del líder social, Arturo Hernández Cardona. Abarca llegó a la presidencia municipal de Iguala como candidato externo del PRD, apoyado por la dirigencia nacional encabezada por los denominados “Chuchos”. Sumado a lo anterior, la difícil situación que padece el Estado de Guerrero se ha pedido la renuncia del gobernador, Ángel Aguirre Rivero, quién ha afirmado, que se irá si el pueblo guerrerense lo decide el próximo mes vía referéndum. El PRD se ha visto obligado ha obligado ha asumir el error por no investigar al hoy prófugo José Luis Abarca, a través de Carlos Navarrete, electo recientemente como presidente nacional del PRD.
Lamentablemente el pedir disculpas no fue suficiente y el escándalo público pone al PRD en el <> prueba de ello, es la agresión que sufrió ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, fundador de dicho Instituto Político, y, el académico Adolfo Gilly, al finalizar una marcha para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos, lamentablemente, una turba de desadaptados arrojó botellas de agua, piedras, entre otros objetos, y, al grito de ¡asesino!, simple y sencillamente por ser un integrante del PRD.
Otro partido político que se ha visto involucrado en un escándalo, por el involucramiento de alguno de sus militantes con el crimen organizado, es el Partido Verde, donde Germán Goyeneche Ortega, operador financiero de Héctor Beltrán Leyva, ambos detenidos en San Miguel de Allende Guanajuato, mientras comían en un restaurante de mariscos.
Las situaciones descritas con anterioridad, sin duda son un reflejo, de la crisis institucional que atraviesa nuestro país, y, es por ello que la clase política mexicana es un sector en el que no se confía, entonces, si son las instituciones quienes condicionan el desarrollo de toda la sociedad, por qué no se ha buscado una reforma en las mismas, para revertir la situación actual, y, como lo afirma el Nuevo Institucionalismo Económico, es incentivando el Capital Social que se aumentará la confianza, unión y solidaridad de toda sociedad y se logrará el anhelado desarrollo, corresponde entonces a la ciudadanía dar los primeros pasos.